“No tengo el miedo de hablar claro y decir cosas que quiero hacer, o hacer las cosas que quiero hacer… Pienso que ser natural y genuino es triunfar.” – Freddie Mercury.

martes, 21 de mayo de 2013

My Chemical Romance.


Being in this band for the past 12 years has been a true blessing. We've gotten to go places we never knew we would. We've been able to see and experience things we never imagined possible. We've shared the stage with people we admire, people we look up to, and best of all, our friends. And now, like all great things, it has come time for it to end. Thanks for all of your support, and for being part of the adventure. My Chemical Romance.

Esas 5 líneas. Ochenta y cinco palabras, exactamente. Miles de personas totalmente pasmadas. Personas para las que esta banda era su vida. Su maldita vida. Y de repente resumen en 5 líneas 12 años de carrera, casi 70 canciones, decenas de conciertos, 4 discos, miles de anécdotas. Todo eso resumido en cinco simples líneas. “Estar en esta banda durante los últimos 12 años ha sido una bendición. Hemos conseguido llegar a lugares que nunca pensamos que podríamos. Hemos sido capaces de ser y experimentar cosas que nunca imaginamos posibles. Hemos compartido el escenario con personas a las que admiramos, respetamos, y, lo mejor de todo, nuestros amigos. Y ahora, como todas las cosas geniales, ha llegado la hora de terminar. Gracias por todo vuestro apoyo, por formar parte de esta aventura. My Chemical Romance”. No lo entiendo. No soy capaz de entenderlo. ¿Por qué? ¿Por qué lo único que siento es rabia? Rabia. Lo primero que me ha venido a la mente ha sido rabia. Ganas de hincar los dientes a cualquier cosa para descargar toda la ira. Y escribo esto maltratando cada letra del teclado. Sin poder expresar toda la ira, la furia que me llena por dentro como un fuego incandescente. Un fuego que se niega a apagarse. Una explicación, simplemente eso. Una razón por la que de repente todo lo que creía se ha desvanecido.
Y debería comenzar por el principio. Por cómo My Chemical Romance llegó a convertirse en una parte de mí. Porque lo es. Lo fue. Y lo será. Siempre. Se podrán separar las veces que quieran, podrán romperme el corazón las veces que les dé la gana, porque ahora mismo tengo el corazón roto, pero nunca dejarán de ser parte de mí. Me han hecho daño. Mucho daño. Han destruido mi sueño, pero siguen siendo parte de mí. Porque les debo demasiado como para odiarles.

Give’em hell, kid. Todo comenzó ahí. Una canción cargada de acordes furiosos de guitarras. Una voz para mí desconocida que gritaba que si estuvieras aquí, nunca tendría miedo. Una letra que al principio me parecía igual a otras canciones, pero que sin querer comencé a analizar. Y entendí. Y me quedé pasmada por la realidad de esos versos. Porque realmente ese hombre, un hombre que no conocía de nada, parecía sentir la letra. CANTAR CON EL CORAZÓN. Y eso me encantaba. Cantar sintiendo la canción, sabiendo lo que dice.

Poco después llegó el resto del disco. Three Cheers For Sweet Revenge. I’m not Okay, la canción, la maldita canción de la que me enamoré. Seguía viendo el grupo como algo extraño, diferente. Y tenía razón. Eran diferentes. No eran igual a nada, a nada que había escuchado antes. Y con Helena me di cuenta de que ese grupo iba a significar algo muy importante en mi vida. Aún no sabía el qué, pero tenía seguro que iban a ser algo. Algo que me iba a cambiar.

¿Qué decir de la excitación, la emoción al escuchar Famous Last Words? Las ganas de vivir que me dio, justo en mi momento más deprimente. Cuando no tenía ganas de nada, cuando más sola me sentía. Ahí estaban ellos con sus acordes, con la voz de Gerard diciéndome que no debía tener miedo a seguir viviendo, a caminar sola. No, consiguieron que no tuviera miedo. Porque ellos me ayudaron a no tenerlo. Me ayudaron a caminar con la cabeza bien alta, a no caer. Y si caía, ellos iban a estar ahí para levantarme con sus canciones. Canciones que representaban toda mi vida.

Esa obsesión que me entró con la manera en que Ray tocaba la guitarra en los directos, su majestuosidad. El arte, porque no había otra palabra para nombrar esa manera de tocar. Arte. La gracia que me hacía que tuviera el mismo pelo que yo. Pero, por encima de todo, los escalofríos que me entraban al escuchar su guitarra. La motivación que tenía cada vez que escuchaba uno de sus solos. Porque eran perfectos. Él era perfecto.


Las bromas que tenía con la manera de ser de Mikey. Sus unicornios. Su vida. Su capacidad de superación. El porqué de su entrada en la banda. Para estar con su hermano. Su hermano, al que ayudó en la adolescencia. Su hermano, al que apoyó cuando todo iba mal. Aprendió a tocar el bajo simplemente para estar con él. Para estar en la banda. Y se convirtió en un pilar del grupo. El pilar de My Chemical Romance.

Gerard Way. Simplemente Gerard. No saber qué decir de él, de la mierda que pasó cuando era adolescente, de sus problemas con el bullying, cómo lo único que le salvó fue Mikey. Y su capacidad de superación. Cómo superó todo, cómo quiso seguir adelante. Siempre adelante. Y eso es lo que quería transmitir a todos sus fans. Seguir adelante. Nunca, nunca rendirse. NUNCA. Pese a que todo fuera mal, él no quería rendirse. No quería sucumbir al miedo, a los fallos. Porque falló. Cayó en depresión, alcohólico, drogas. Y admitió que había fallado. Y siguió adelante. Siempre.


Y Frank Iero. Para él la banda era su vida. Lo dijo, lo admitió. Tocaría en esta banda por mil años, porque es su pasión. Su pasión era la música. Y pese a sus problemas quería tocar, quería mostrar que él era feliz tocando la guitarra en el grupo. No importaba si él tenía problemas físicos. Ahí estaba. Un maldito héroe. Mi héroe. Demostrando cómo tocar la guitarra era lo mejor que sabía hacer, aparte de ser mejor persona.

Y por eso me siento tan desconcertada. Porque no lo entiendo. No entiendo cómo han podido hacernos esto. No soy capaz de comprender la razón de esta separación. Estaban en la cumbre de la música, habían llegado a lo más alto. ¿Por qué, entonces? ¿Por qué esto, ahora?


¿Por qué nos ilusionaste de esa manera, MCR? Nos prometisteis un MCR5, un nuevo disco. Nos aferramos a ello como un náufrago a una tabla. Porque realmente lo necesitábamos. Lo queríamos. Conventional Weapons era nuestra esperanza. Y MCR5 era lo que más queríamos en este mundo. Otro disco, un quinto disco, lleno de canciones perfectas, maravillosas, como sólo vosotros sabíais hacer. Tan genial como Bullets, tan épico como The Black Parade. Dijisteis que iba a ser algo oscuro. Nos ilusionamos aún más, pensando que íbais a volver a vuestro antiguo estilo de Three Cheers.
Y hasta ahora no nos hemos dado cuenta de todo. De qué era realmente MCR5, cinco líneas de despedida. Cinco líneas en las que resumíais que esto era el final. No más MCR.
No más soñar con directos. No más soñar, creer, tener ilusión en que algún día conocería a mis ídolos, a esas cuatro personas, algún día iría a un concierto suyo. Ir, escuchar Welcome To The Black Parade en directo, escuchar a Gerard decirnos a todos “WE’LL CARRY ON” y sentir que todo va bien. Que todo irá bien. Gritarles en medio de toda la multitud que me ha salvado, gritarles un “THANKS FOR EVERYTHING”. No importaba que no me oyeran. Con decirlo bastaba.
Y ese sueño tan bonito se ha desvanecido como el polvo. Se ha deshecho en mis dedos. ¿Cómo? ¿Cómo ha podido pasar tan rápido? Ayer mismo estaba durmiéndome escuchando The Sharpest Lives, pensando en cómo sería escuchar esta canción en directo. No importaba los años que pasasen. Uno, dos, siete. Daba igual. Porque sabía esperar. La ilusión me daba fuerzas para esperar. Porque estaba segura de que iba a amar, de que iba a escuchar MCR toda mi vida.
Creí en ellos. Creí en vosotros. En que me habíais salvado, porque es verdad, me habéis salvado. Pero a la vez, con esta despedida tan… Tan incompleta, me habéis destrozado por dentro.
No sabría explicar cómo me siento ahora. Fatal. Porque toda la ilusión se ha desvanecido. Porque toda la esperanza se ha ido, todos mis sueños. Tengo un nudo en la garganta y un remolino de pensamientos contradictorios en mi mente. Y un dolor asqueroso que me quema por dentro.

No soy capaz de asimilarlo todavía. No soy capaz de asimilar que mi grupo favorito, el grupo que consiguió que recuperara las ganas de vivir, ya no exista. No me lo puedo creer. ¿Por qué? Porque nos merecemos una explicación. Nos la merecemos, toda esa gente que hemos estado ahí, toda esa gente para la que este grupo se ha convertido en algo imprescindible de su propia vida.

¿Qué nos queda? Cuatro discos maravillosos, nos quedan. Unos directos que nunca, nunca me cansaría de ver. Directos que duelen, porque sé que no se volverán a repetir. Canciones que enamoran, que consiguen que llore, porque me imagino que nunca, nunca más serán interpretadas para nosotros.

Nos merecemos una explicación. Un porqué a esto, un porqué a tantas lágrimas, un porqué a tanta rabia, tanta frustración. Un porqué al hecho de que este grupo, este grupo que se ha clavado en mi alma, ya no exista.

Y en el fondo la ciega soy yo. Porque todo cuadraba. Sabíais que os ibais a separar. Lo sabíais. Y siento un odio asqueroso, porque joder, lo sabíais. Pero también un cariño, un amor. Y no puedo con este tumulto de sentimientos contradictorios. No puedo. Ya sé que el odio no es real. Porque soy incapaz de odiaros. ¿Cómo se puede odiar a alguien que estuvo ahí, que me hizo sonreír cuando nadie más lo hizo?

No soy capaz. Os tengo demasiada estima. Os quiero demasiado. A los cuatro. A esos cuatro componentes de My Fucking Chemical Romance. Que lo sois todo para muchas personas, no podéis dejarnos así. No podéis.

Cuando creasteis Conventional Weapons ya lo sabíais. Ya sabíais lo que iba a pasar. No nos quisimos dar cuenta, nos empeñamos en buscar un destinatario, alguien a quien podría dirigirse The Light Behind Your Eyes. Y le tocó a la hija de Gerard. Es lo más normal, ¿no? Y así pasamos los días, tranquilos, escuchando la canción y pensando en lo bonita, en lo preciosa que era. Nada más. No quisimos darnos cuenta del verdadero destinatario de la canción, de quién era realmente.
La MCRmy.
Y lloro. Lloro todavía más. Porque aun con el dolor que me estáis causando, aun con los lloros de toda la fanbase, el desconcierto de miles de personas, aun con todos esos sentimientos de rabia, de furia que habéis producido en nosotros, aún con todo, habéis pensado en nosotros. Queríais despediros de nosotros. Y está todo tan bien planeado, la canción, los tweets de Gerard, de Frank, lo “oscuro” que iba a ser MCR5, que duele. Como si mil agujas se clavaran en todo nuestro cuerpo.
Duele. Duele que seáis así. Duele mucho. Que nos hagáis entender que, aun con todo, pensáis en nosotros. Pensasteis en nosotros. Quisisteis hacerlo bien, con una despedida en condiciones.
Escucho ahora esta canción, The Light Behind Your Eyes, y me da esperanza. Porque siento que me cantan a mí. Que está dirigida a mí. Que me están repitiendo lo que siempre han querido que haga. Que cuando ellos, cuando MCR ya no esté, siga adelante. Que nunca, nunca me quiten la luz de mis ojos. “We say goodbye today, and we’re sorry how this ends this way”. Es que es demasiado. Es demasiado real. Nos hicieron esta canción para nosotros. Para que seamos fuertes. Porque debemos serlo.

¿Enfadada con ellos? Mucho. Pero pese a esto, sigo creyendo en ellos. Creo en My Chemical Romance. Creo en su manera de ser. Creo en lo que hacen, porque deben estar haciéndolo por alguna razón. Creo en ellos. Porque ellos creyeron en mí.

Ya basta de lamentos. Hagamos ruido. Porque estos aguafiestas nos enseñaron a hacer ruido, que nos hagamos notar. Que todo el mundo vea que estamos orgullosos de ellos. De toda su carrera. De que vale, nos han dejado solos. Pero nos han enseñado a hacerlo, nos enseñaron a ser fuertes, a caminar solos. Nos prometieron que ellos iban a estar ahí. Y siempre lo estarán. NUNCA, NUNCA MORIRÁ. Mientras haya una única persona que esté escuchando sus canciones, MCR vivirá. Siempre.


Y solamente agradecerles. Agradecerles todos estos años de música, estos años perfectos. Que nos habéis hecho grandes, chicos. Nos habéis hecho realmente grandes. Sois lo mejor que le ha pasado a mi vida.
Sois la única esperanza para mí. Sólo vosotros sois capaces de hacer cambiar mi estado de ánimo, de sonreír. Sé que nunca me leeréis. Lo sé. Pero tenía que decíroslo. Sonrío gracias a vosotros. Entre las lágrimas, una sonrisa. Es por vosotros. Gracias.

No creo que tengáis idea de lo que sois para nosotros, para la MCRmy. Sois una banda que nos enseñó a no tener miedo a vivir, a no tener miedo a nada. Y esa enseñanza, esa enseñanza siempre estará con nosotros.
Estamos destrozados, sí.  And though you’re broken and defeated, your memory will carry on. Y seguiremos adelante, por vosotros. Por MCR, por todo lo que nos habéis dado. Nunca tendré las palabras para agradecerlos lo que habéis hecho por mí. Que aunque se despidan, nunca dejemos de sonreír. Que nadie nos quite la luz de nuestros ojos. La luz que que MCR nos han dado.

Y AHÍ ENTRAMOS NOSOTROS. LA MCRMY. Porque tenemos conseguir que nunca muera. Que tenemos que seguir adelante, pese a todo. Como ellos nos enseñaron.


Nos dieron vida, ganas y fuerza.  Démosle a ellos el orgullo de tener una fanbase que los apoyará eternamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario